Los seres humanos desde siempre miran a los gatos con admiración. Durante muchos siglos fueron adorados como dioses, en otros temidos como seres mágicos, seguidores de brujas.
Eso fue por qué los gatos parecían aparecer y desaparecer de repente, tenían una luz en los ojos durante las noches obscuras, se acostaban en las camas de los enfermos, casi a predecir su muerte.
La etología y la biología han desvelado mucho sobre los gatos; todavía hay mucho por descubrir, pero, ¿tú sabes cómo ve el mundo tu gato?
Empezamos este ciclo de artículos sobre los gatos hablando de su maullido.
Estudios han demostrado que el gato doméstico maúlla mucho más que un gato feral: hay más de 40 tipos de maullido. El gato aprendió que maullar venía bien para comunicarse con los seres humanos, mucho más que con otros gatos. Eso es por qué el maullido en los seres humanos provoca la liberación de una hormona (la oxitocina) que está implicada en el cuidado. De esta manera, el gato maúlla para pedir atención, mimos, interacciones y, claramente, ¡comida! También puede maullar para comunicar que está asustado o enfadado.
Si tienes gatos, casi seguramente podrás distinguir muchos maullidos diferentes. ¿Quieres contarme cuántos maullidos conoces? Escríbelo en los comentarios